A mi adorada Isabelita
No veo la uz tan pura
de mi Borinquen amada,
pero veo en tu mirada
un oro que transfigura.
Que la reja está dormida
en su aparente soñar.
Viéneme un ampo a llamar.
Y eres tú la fe de vida.
Frente a mí una pared
como un puño se levanta.
Pero el alma no se espanta.
Del azul bebe su sed.
Y el azul está en el paso
invisible en que tú vienes
a regalarme los bienes
de esplendor en que me abraso.
Estás de madre, ceñida
con dos lirios tutelares.
Y en la Bandera de Lares
recojo la flor caída.
en llamarada de miel
y en dulcedumbre de sol.
Se llama flor, Marisol.
Y sol, Susana Isabel.
Que Borinquen es jardín
dijo Gautier el romántico
Y yo digo que es un cántico
de flor que no encuentra fin.
Porque serena la mar
la presencia del patriota.
Y aunque esté el ala rota
ya tendrá nuevo volar.
Entonces, Isabelita,
¡qué azul de mar viviremos!
Prepara tú los dos remos
de nuestra carne bendita.
Por Marisol, un amor.
Por Susín, un amor fiel.
Y por nosotros, la miel
del monte con su verdor.
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Cárcel La Princesa
9 de marzo de 1951
Luz de los héroes (2da ed. 1992)
Este poema Matos Paoli lo escribió desde la Carcel La Princesa. Estando en prisíon se dedicó a escribir, expresando su amor hacia su esposa Isabel Freire y sus hijas Susana y Marisol.
martes, 18 de mayo de 2010
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