martes, 18 de mayo de 2010

III. Canto de la Locura: Madre

Madre

Madre, qué frío tengo.
Parece que la duda avanza como lebrel ensimismado.

Parece que la duda,
ventea ya mis huesos
arrojados fuera del alba.

Tenía que ser así:
primero un tigre mudo
trayéndome el sudario.

Después, en la agonía,
el crepúsculo leve de la prisa,
la atracción de tu mano
desmenuzando el Dolor
profetizado en el Espino
como lo cerrado que eleva:
"si quieres defender la Patria tendrás que pasar
por el cristol del martirio".

Yo sé que estoy contigo, madre,
que soy, aunque no sea cierto,
el último hijo que tuviste,
el Benjamín del alba preparado a saltar
y que declara la vida
como un aljibe abandonado.

La vida no es el Todo.
Después de la resurrección
tus rosas florecen en mi hombro
y me inclinan hacia tu lado
como el niño viril que no caza más
la alondra.

¿Para qué verter la ceniza,
gemela del río hondo,
y hacer una fiesta desvariada
cuando esa misma ceniza toca fulminada
el borde
gozoso
del mar?

¿Para qué volver al mundo,
a esta burla tan mediatizada
en que la sangre arrastra
su propia desazón
en un perpetuo ritmo
de pero devorado por la luz?

Yo soy un monje, así como el recuerdo lo indica.

Mi vocación de sombre me despierta.

Basten tus rosas premiosas en el hombro
cuando ya ni de Dios se sepa
por la memoria blanca de los hombres.

_____________________
Canto de la locura (1962)


Matos Paoli fue un hombre devoto a su religión y fiel creyente de la Virgen María. Este poema puede ser analizado desde una perspectiva religiosa. Le escribe a María como Madre, esa madre que lo consuela y está siempre a su lado. El poema comienza con una queja, ese frío que siente pudiese ser el frío de la soledad que vivió en la cárcel y que continúo viviendo fuera, pues al salir pasó por muchas situaciones. Primero, por sus complicaciones psiquiátricas y luego por ser mirado como un hombre que traicionaba la patria.

Nos narra parte de su vida en pocas líneas. Nos dice: primero un tigre mudo trayéndome al sudario y luego: despúes en agonía... el Dolor profetizado en el Espino. Paoli se enlistó en el Partido Nacionalista pero no fue hasta 1948 cuando regresa de París, que el nacionalismo que corría por sus venas se vió plasmado en su cargo político. Todo esto podemos ver que sucede en calma, como el tigre mudo. Luego, los discursos politícos que ofreció al pueblo fungieron como una antesala a la revolución que lo lleva a la cárcel. Es entonces que se da cuenta que esas palabras alguna vez escuchó cuando joven en el barrio Espino de Lares, "si quieres defender a la Patria tendrás que pasar por el cristol del martirio", las estaba viviendo en carne propia.

Deja claro que sabe que está en la presencia de la Virgen Madre y no ve la vida más que como un objeto abandonado. Y abandonado se da cuenta que la vida no es todo. Pues en esta etapa de su vida, que se aferra a la Virgen, siente su crecimiento no tan sólo físico sino espiritual.

Vemos un poco de existencialismo pues se pregunta si servirá de algo volver a la vida que llevaba. A unas afueras donde se el poder está sobre un Gobierno privado de la autoridad suprema. Lo vemos en el verso ...a esta burla tan mediatizada.

Finalizando su poema se dice monje. Podría verlo de cierta forma en que el monje vive en un monasterio y el vive, en su recuerdo, encerrado. Al terminar el poema con basten tus rosas... cuando ya ni de Dios se sepa por la memoria blanca de los hombres, lo entiendo: que aunque esa memoria corta de los hombres ya no se acuerde Dios; esas rosas seguirán siendo una caricia para él y la forma de saber que él la tiene presente.

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